Actualmente al ver el color de la Alhambra poco se parece al blanco, y es bien conocida como «la roja», pero ¿ha sido siempre ese su color?.

Como bien sabemos y hemos visto a lo largo de los tiempos, el blanco es el color del Islam, no por cuestiones decorativas, sino por ser considerado símbolo del poder, señal de buen augurio, luz y  representación de la divinidad.

Esa es una razón por la que, igual que el barrio del Albaicín, la Alhambra, en su estado original, pudo tener recubierta de cal sus paredes exteriores tal como nos cuentan sus paredes. Y es que hoy en día, aún quedan unos pocos testigos de la blancura que tenía la Alhambra en los muros más protegidos

del Alcázar, según indicó el director del Patronato.

En esta imagen se puede apreciar la obra del italiano Werner Maresta, dibujante de cómic, que tras escuchar en un recorrido por Granada esta teoria de los colores decidió recrearlo utilizando un programa de ordenador.

Maresta tomó una fotografía de la Alhambra realizada desde el Albaicín  y borró algunos de los elementos que en antaño no estabán allí como son, el Palacio Carlos V, cambió la torre-campanario de la iglesia por un minarete, eliminó los cipreses que hoy rodean los muros alhambreños  y dejó la Torre de la Vela sin campana.

¿Pero si era blanca por qué se le conoce como la roja?

El nombre con el que se conoce este monumento, Alhambra, procede de la voz musulmana: al-Gal’a al-Hamrá, que significa «La Fortaleza Roja».

La teoría de los pelos